miércoles, 6 de febrero de 2008

Invertir en arte

La bonanza económica de los últimos años ha hecho crecer una forma de inversión clásica. El Banco de España considera que, tras la inversión en la Construcción, y en Productos Financieros, se coloca ya la inversión en Arte.

Los datos económicos así lo justifican. Las ferias de arte y antigüedades como Almoneda, las casas de subastas y galerías de arte han visto multiplicado sus beneficios en los últimos dos años, en que han conseguido beneficios récord, con aumentos en España de hasta el 32%. Los precios de las obras de arte han subido en los últimos 10 años casi un 20% de media. Y, por otro lado, se multiplican también proyectos de inversión colectiva como sociedades o fondos de inversión cuyo objetivo es obtener rentabilidad a través de la compra de obras de arte.

El coleccionismo, el mecenazgo, y el enriquecimiento cultural propio y colectivo son las bases de esta afición. Pero una buena colección de arte comienza no sólo por comprarla, sino en tener claro cuáles son los gustos, y los intereses del comprador: invertir en aquello que nos guste, sean cuadros, esculturas o libros. Y una vez sepamos qué queremos coleccionar, hemos de determinar cuáles son nuestros objetivos de rentabilidad e inversión. Una buena inversión en arte no es algo que se realice a corto plazo. Suelen pasar años antes de que un joven pintor novel se revalorice… en el arte, la antigüedad es un valor en sí mismo.

Por ello, hemos de tener un buen conocimiento del mundo en el que nos moveremos. El coleccionismo de arte es un mundo bastante especializado que requiere del consejo de algún asesor que entienda el mundo del arte y las antigüedades. Y con la ayuda de este asesor, elegir obras interesantes, tanto por su precio como por sus características.

No todo son ganancias en este mundo, pues como cualquier inversión, el arte conlleva ciertos riesgos inherentes, mayores cuanto más inexpertos seamos.

Y es que podemos encontrarnos con falsificaciones, precios demasiados elevados o inflados o desconocimiento del medio. Por otro lado, y como la misma OCU indica, hay sociedades de inversión cuyas valor activo de sus inversiones es menor que el del dinero depositados en ellas (recordemos pro ejemplo el caso de Afinsa con los sellos).

Un buen cuadro, un buen libro antigüo, un jarrón de valor, aporta belleza en el hogar, pero no deja de ser un desembolso que hemos de rentabilizar. Comprar bien y barato, y obtener beneficios fiscales y tener una obra de arte con proyección económica, nos pueden dar una plusvalía muy superior a la que obtendríamos con muchas otras modalidades de inversión

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