viernes, 25 de enero de 2008

Fiordos noruegos: majestuosa naturaleza

Los fiordos constituyen la principal atracción turística de Escandinavia (denominación que se da al conjunto geográfico formado por los países Dinamarca, Suecia y Noruega y, a veces, Finlandia e Islandia).

Los fiordos noruegos nacieron a partir de varias eras glaciares a causa de las enormes masas de hielo que entonces cubrían el norte de Europa. Es el primer paraje natural noruego que se incluye en la lista de Patrimonio Mundial, pero se suma a otros cinco bienes culturales noruegos que están en la misma: Barrio de Bryggen en Bergen (1979), Iglesia de madera de Urnes (1979), Røros (1980), Pinturas rupestres de Alta (1985) y el Archipiélago de Vega (2004).


La región noruega de los grandes fiordos concentra una sucesión de paisajes donde montañas, valles profundos y unos bosques de coníferas y abedules conviven para dar al mundo una belleza desinteresada. Para quien tenga la posibilidad de viajar allí, se le recomienda visitar las impresionantes cataratas que nacen en los picos nevados o que cuelgan de los glaciares. En los fiordos las rías gigantescas se abren paso a través de montañas verticales.

Es imprescindible visitar también Sognefjord, el fiordo más largo del mundo, desde donde además se pueden contemplar las famosas iglesias de madera; también el fiordo Geiranger, de sorprendentes cascadas, y la región de Rogaland, la tierra de los vikingos. La entrada a toda esta maravilla natural es Bergen, una ciudad de cuento de hadas con preciosas casas de madera.

Esta ciudad del oeste de Noruega se encuentra entre el fiordo más largo del mundo -el de Sogn (Sognefjord)- y uno de los más hermosos -el de Hardanger (Hardangerfjorden)-, y es el mejor punto de partida para inmiscuirse en esta maravilla. Es ésta una de las razones por las que esta ciudad es uno de los puertos para cruceros más importantes de Europa.

Realmente los fiordos tienen una belleza tan particular que la UNESCO los ha incluido en la prestigiosa lista del Patrimonio Mundial. Los fiordos Geirangerfjord y Nærøyfjord han conseguido este título, lo que los hace estar junto a lugares tan ilustres como la muralla china, las pirámides de Egipto, las cataratas de Victoria y el Gran Cañón de EE.UU.

Esta decisión se basa en que los dos fiordos en cuestión se consideran unos de los parajes naturales más hermosos del mundo, donde se destacan las estrechas y empinadas montañas rocosas que alcanzan hasta 1400 metros sobre el nivel del Mar Noruego y se extienden 500 metros debajo del mismo.

Además, estos fiordos no sólo se encuentran entre los más conocidos de Noruega, sino que también constituyen zonas casi vírgenes de gran extensión (cada uno abarca más de 500 metros cuadrados). Asimismo, cabe destacar que entre ambos se halla el glaciar Jostedalsbreen que constituye el mayor glaciar del continente europeo.

Vale destacar que los fiordos además de haber sido apreciados por la UNESCO, también lo han sido por la prensa internacional. En 2004, en la revista “National Geografhic Traveler Magazine” se afirmó que estos dos fiordos se encuentran entre los mejores destinos turísticos inexplorados del mundo y el prestigioso periódico “Chicago Tribune” los ha incluido en su lista sobre “las siete maravillas naturales del mundo”.

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