El llanto del bebé es un signo de incomodidad. Su importancia es variable, y puede deberse a múltiples causas, desde sensaciones fisiológicas hasta procesos claramente patológicos, pasando por alteraciones funcionales transitorias.
Lo más habitual es que se trate de causas fisiológicas, como la sensación de hambre o sed, frío o calor, molestias por ruidos o pañales mojados, deseo de compañía, cansancio…
En el otro extremo están las causas orgánicas, es decir, situaciones patológicas que producen dolor o molestias, como otitis, problemas gastrointestinales, traumatismos, heridas o procesos inflamatorios, entre muchos otros. Por último, entre las causas de llanto en el niño menor de tres meses cabe destacar por su frecuencia los llamados cólicos del lactante.
Estos se manifiestan en forma de episodios de llanto e irritabilidad sin una causa identificable, que pueden ser diarios, apareciendo sobre todo por las tardes (habitualmente entre las 6 y las 8 de la tarde).
Es frecuente que el bebé encoja las piernas, se ponga rojo y llore desesperadamente. A veces se acompañan de distensión de la barriguita y emisión de gases por vía rectal. En ocasiones nos puede parecer que el bebé tiene hambre, pero no se calma con el alimento.
El episodio de llanto puede durar alrededor de 2 horas, cesando bruscamente pasado este tiempo. Entre las crisis de llanto el niño se encuentra completamente normal, y su crecimiento y desarrollo son adecuados.
Los episodios de llanto nunca se acompañan de síntomas como fiebre, vómitos o diarrea. Si éstos aparecen, debemos pensar en otras causas.
Los cólicos del lactante son muy frecuentes
Aproximadamente 3 ó 4 niños de cada 10 los padecen. Se presentan durante los tres primeros meses de vida .
Suelen comenzar a partir de la segunda semana de vida, siendo raros antes de la primera semana. Típicamente desaparecen al tercer o cuarto mes de vida. Así que si el niño sigue llorando mucho a partir de esta edad, hay que pensar en otros motivos.
¿Cuál es la causa de los cólicos del lactante?
La causa exacta no se conoce, aunque se han propuesto varias teorías.
La propia inmadurez del intestino parece constituir la causa más importante. En estos bebés hay una motilidad intestinal aumentada.
Por otro lado, un pequeñísimo porcentaje de casos se atribuyen a alergias alimentarias. Un caso especial es la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca, que puede ser el origen de los cólicos en un número reducido de niños. De ahí que a veces, en niños con cólicos muy importantes, algunos pediatras cambien la alimentación a leches especiales, con lo que la sintomatología puede mejorar. Insistimos en que la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca es una causa bastante excepcional de cólicos del lactante, y la frecuencia de estos es casi la misma entre los niños alimentados con fórmula y los que reciben lactancia materna.
Muchas madres atribuyen el llanto a los gases. En realidad es al revés. Con el llanto el bebé traga aire, lo cual le produce gases. A su vez, los gases pueden producir todavía más molestias y llanto, cerrándose un círculo vicioso. Muchas veces, si ayudamos al bebé a expulsar los gases, el llanto mejora temporalmente.
También hay factores conductuales que influyen en los cólicos. Hay niños “más o menos llorones”. Y, sobre todo, la actitud de los padres puede cambiar mucho las cosas. Si los papás se muestran ansiosos, agobiados e inseguros, el niño lo notará, por pequeño que sea. Cualquier problema de relación entre los papás y el bebé puede contribuir a perpetuar el problema.
¿Hay que hacer alguna prueba a los niños con cólicos del lactante?
Generalmente no es necesario. Ante un bebé menor de 3 ó 4 meses que presenta los episodios de llanto típicos y con una exploración física normal, el pediatra puede diagnosticar con facilidad los cólicos del lactante
¿Hay algún tratamiento para los cólicos del lactante?
No hay ninguna medicación que sea totalmente eficaz. Estos son nuestros consejos.
Lo más importante es tener presente que se trata de un proceso funcional, benigno y transitorio, que desaparece hacia los tres meses. Y la base del manejo es… la paciencia de los padres.
No se deben hacer cambios a ciegas en la alimentación. Vuestro pediatra habitual será quien valore, según la evolución, cambiarle la leche al niño si sospecha que hay algún tipo de intolerancia.
Nunca deben utilizarse sedantes.
El niño puede llorar por un montón de motivos. Con el llanto, nos está llamando la atención sobre una de sus muchas necesidades. Hay que pensar en todas ellas e intentar satisfacerlas: hambre, deseo de succión, deseo de estar en brazos, sensación de frío o calor, pañales mojados, cansancio y deseo de dormir en un ambiente tranquilo…
Intentad optimizar vuestra técnica a la hora de dar de comer al bebé.
Debéis hacer las tomas en un ambiente tranquilo y relajado.
Tratad de evitar la ingesta de aire durante las tomas. Los niños que toman lactancia materna no deben estar mucho más de 10 minutos en cada pecho. En caso de lactancia artificial, debemos colocar el biberón lo más vertical posible para evitar que entre aire.
Para ayudar al bebé a expulsar los gases después de la toma, debemos ponerle en posición vertical y mecerlo suavemente.
Los movimientos o sonidos rítmicos pueden aliviar al bebé en plena crisis de llanto. Estas son algunas de las ideas que os proponemos.
Balanceo y acunamiento.
Pasearlo en brazos o… ¡en coche! (de verdad, no falla).
Sonidos rítmicos, como el de la lavadora o la televisión.
Al niño le puede sentar bien un masaje abdominal suave. Os recomendamos el masaje en posición vertical o tumbado con movimientos rotatorios de sus propias piernas sobre el abdomen.
Muchos papás acuden a urgencias en los primeros cólicos del bebé. Cuando hay mucha distensión abdominal se puede tratar de ayudar a expulsar los gases con una sonda rectal. No obstante, no debe abusarse de esta técnica, que debe ser realizada por personal sanitario experto, pues pueden provocarse lesiones que empeoren la situación.
miércoles, 30 de enero de 2008
Los cólicos del bebé lactante
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario