Todos los papás sabemos que en algún momento tenemos que ponerles límites a nuestros hijos.
Además, la opinión social es “tienes que ponerle límites”, y nosotros quedamos en un limbo de ideas, de valores sin saber por qué tenemos que hacerlo realmente.
La única manera de incorporar algo a nuestra vida es saber por qué hay que hacerlo, por eso a continuación explicaremos estos motivos.
¿Por qué poner límites?
Porque nuestros hijos necesitan moldear su carácter
Porque necesitan saber que esta bien y que no lo es
Porque tienen que aprender que la libertad de uno termina donde empieza la libertad de los otros. De esta manera, lograremos fomentar su responsabilidad
Porque el límite permite una contención al niño si es aplicado constructivamente
Porque se le enseña a ser responsable de sus actos
Porque los chicos necesitan disciplina y el límite es amor y contención
Porque así aprenderán, poco a poco a socializarse, a crecer como personas autónomas, libres, con seguridad, con normas y reglas incorporadas para poder compartir y convivir en la sociedad que les toca vivir. Un niño que respeta es un niño que comparte, que juega, que se relaciona con los otros.
Límites, disciplina y castigo
Firmeza: Sin golpes ni castigos físicos o psíquicos. El niño percibe nuestra seguridad y la va a respetar
Mostrarnos seguros pero con afecto y hablándoles mucho
Coherencia entre papá y mamá. Si alguno de los papás desautoriza al otro, el niño no respetara a ninguno de los dos, por el doble mensaje
Ofrecerle alternativas posibles que si pueda realizar
Respetar su enojo sin necesidad de intervenir. Acompañándolo y dándole tiempo para que se le pase
Ser concretos
Cumplir y sostener lo que decidimos
Ser constante en la puesta de límites
Poner un “NO” claro
Limitarlos estando nosotros tranquilos, sin gritos
Anticiparles cuando algo va a terminar o cuando no queremos que haga determinada cosa. Nuestra conducta y actitudes como padres serán el modelo y la forma en la cual comprenderán que esperamos de ellos.
Y desearán responder a esa expectativa por el amor que nos tienen. Si nos manejamos con premios y castigos, solo lograremos un adiestramiento, pero no un verdadero aprendizaje que los ayude a ser felices y libres.
miércoles, 30 de enero de 2008
Límites y disciplina en los niños
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