Despues de un periodo de vacaciones hay que vlver a la normalidad, es decir al cole . A los mayores nos cuesta incorporarnos a la vida cotidiana, pero también a nuestros hijos se les hace cuesta arriba volver a sus quehaceres que, en algunos casos, incluyen exámenes de recuperación. Los estudiantes de cualquier edad tienen marcados determinados días en el calendario de este mes. Septiembre es para ellos un reto a superar. Por eso, algunos sufren insomnio o problemas de estómago, entre otros síntomas. La incorporación a las clases después de tres meses de vacaciones puede causar problemas de adaptación. ¿Qué determina que la vuelta al cole sea difícil? ¿Cómo podemos ayudar a que la operación retorno sea mejor?
SÍNTOMA DE RECHAZO
Elena mira l a cara relajada de su hija Laura , que se acaba de quedar dormida. Minutos antes le contaba una historia que a ella le sucedió cuando fue al colegio por primera vez: nada más entrar en la clase la pusieron al lado de una niña que se convirtió en su mejor amiga. Su hija, que estaba algo nerviosa porque al día siguiente comenzaba en un nuevo colegio , había escuchado su relato interesada y, cuando acabó, le pregunto a su madre si pensaba que a ella le iba a pasar lo mismo. Elena le contestó que probablemente haría más amigos porque ese colegio era mucho más grande. Cuando volviera a casa, seguro que le contaría cómo eran los compañeros que hubiera conocido y, entre ellos, estarían sus futuros amigos. Su hija sonrió y se quedó dormida. Por la tarde habían estado preparando la mochila y mirando el material escolar que Laura llevaría al colegio al día siguiente. Los temores sobre la entrada en un nuevo colegio quedaron atenuados o disueltos con esta sencilla historia, que había abierto además en la niña expectativas de encontrar algo importante para sí misma.
En realidad, lo que más inquieta a los niños no es volver al colegio, sino separarse de la familia , que le supone una protección afectiva. Los pequeños son los más proclives a protestar y tener algún síntoma de rechazo, pero es, sobre todo, el ambiente familiar lo que determina que su adaptación sea buena y dure poco. De ese ambiente, el estado de ánimo de sus padres es lo que más influye en los niños. Si la convivencia durante las vacaciones ha sacado a la luz problemas familiares ocultos, los hijos temen separarse de su familia porque tienen miedo a que durante su ausencia ocurra algo malo.
En el colegio, nuestros hijos experimentan vivencias de relación que marcan la personalidad infantil e influyen de manera decisiva en su vida futura. El niño tiene que convivir en un nuevo ambiente , donde se reparten el tiempo de atención, los materiales, los juegos y los afectos. Vive las primeras experiencias escolares como si de un juego se tratara pero, al igual que encuentra amigos , también se encuentra con rivales que le producirán sus primeros disgustos y ansiedades . Pronto va a descubrir, si es hijo único en mayor medida, con tristeza, resignación o rebeldía, que el mundo no es sólo para él . Con el apoyo de los padres, sus malestares desaparecerán en pocos días, aunque pueden reaparecer después de las vacaciones.
Algunos niños sufren angustia al separarse de sus padres . Sucede cuando son ansiosos, tímidos y dependientes en exceso; también cuando tienen madres muy rígidas, o excesivamente complacientes, y padres pasivos. Estas madres sienten temor a que su hijo se aleje de ellas y le transmiten su ansiedad . Además, los padres que no se comprometen en estos asuntos, dejan a su hijo más dependiente de su madre y con menos recursos para separarse y enfrentar la vida en el colegio. Para que nuestros hijos se sientan acompañados en su vuelta a las clases, conviene recordar lo que nos pasaba a nosotros y escuchar sus preocupaciones y quejas, así como sus ilusiones y expectativas. Todo se hace más llevadero cuando los niños sienten que tienen un sitio en la familia donde se les escucha. Los padres tenemos que recordar que nuestros hijos siempre pretenden que estemos orgullosos de ellos , también cuando tienen dificultades.
EVITAR ERRORES
• Ser impuntual a la hora de recogerlos puede provocarles inseguridad. Ven cómo se marchan sus compañeros y pueden tener fantasías de abandono.
• No conviene ponerse triste cuando se le deja en el cole . Si el niño nota algo de tristeza en su madre, creerá que se le está llevando a un lugar malo.
• No hay que amenazar diciendo “ya verás cuando vayas al cole”, porque lo relacionará con algo negativo.
• No está bien criticar el coste de los libros . Los niños no deben oír que sus padres protestan por invierte en su educación, mientras ven que el dinero gasta en otras que no se critican.
• No es bueno trasnochar. Un fatigado tiene problemas de adaptación.
miércoles, 30 de enero de 2008
La vuelta al cole
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