miércoles, 30 de enero de 2008

Los adolescentes y el tabaco

Todo lo que debe saber para ayudar a su hijo a no caer en esta adicción.

Los niños que corren el MAYOR riesgo de fumar:

tienen padres, hermanos o amigos que fuman
exhiben características tales como el endurecimiento y tratan de actuar como adultos
niegan los efectos dañinos del tabaco
poseen pocas destrezas para hacerle frente a la vida y el tabaco les alivia el estrés
tienen una baja autoestima y depresión
tienen un rendimiento académico pobre, especialmente las niñas
se dejan influenciar por los anuncios que relacionan el fumar cigarrillos con estar bien delgados y/o sufren de desórdenes del comer.
Lo que pueden hacer los padres para evitar el uso del Tabaco:

Los padres son los modelos del ejemplo. Si usted fuma, deje de fumar. Si no ha dejado de fumar, no fume frente a sus hijos y dígale que usted siente mucho el haber empezado a fumar.
No permita que se fume en su casa y haga respetar su regla de No Fumar.
Pregunte si se habla acerca del tabaco en la escuela.
Pregunte acerca del uso del tabaco por los amigos; ensalce a los niños que no fuman.
No permita que sus niños manejen los materiales de fumar.
No permita que sus niños jueguen con cigarrillos de dulce. Son símbolos de cigarrillos reales y los niños pequeños que los usan tienen mayor tendencia a fumar.
Respalde los esfuerzos de no fumar de la escuela y la comunidad e informe a los oficiales escolares que usted espera que ellos hagan cumplir la política de no fumar.
Haga que el tabaco no esté disponible para los niños y adolescentes– respalde el aumento en las contribuciones sobre el tabaco, las licencias a vendedores y la prohibición de las máquinas que venden cigarros sin atención personal.
Discuta con sus niños las imágenes falsas y engañosas que se usan en los anuncios y películas donde presentan el acto de fumar como glamoroso, saludable, sensual y maduro.
Enfatice los efectos negativos a corto plazo tales como el mal olor en la boca, los dedos amarillos, la ropa apestosa, la respiración corta y la disminución del rendimiento en los deportes.
Enfatice que la nicotina es adictiva. Ayude a los niños a decir “No” al tabaco mediante juegos representando situaciones en las que los pares les ofrecen tabaco.
Si su niño o adolescente ya ha comenzado a usar tabaco, los siguientes pasos pueden ayudarlo a que lo deje:

Aconséjele a que deje de fumar. No lo enfrente, dele soporte moral y sea respetuoso.
Asístalo en sus esfuerzos para dejar de fumar y exprésele su deseo de ayudarlo.
Provea materiales educativos.

Ayude a su joven a poder identificar las razones personales pertinentes para dejarlo.

Si usted fuma, póngase de acuerdo con su hijo para dejar de fumar y negocie una fecha para hacerlo.

Reclute la ayuda del pediatra del niño o del médico de familia para que ayude al niño a dejar de fumar.

Si el niño está usando otras drogas y/o el alcohol o hay problemas con desórdenes del humor u otros desórdenes, la evaluación por un psiquiatra de niños y adolescentes u otro profesional de la salud mental puede ser lo indicado.

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