En los momentos inmediatamente posteriores al parto, sentirás emociones intensas y contradictorias.
Estás dando el paso de la “no-paternidad” a la paternidad. El afecto hacia el bebé no siempre surge de forma inmediata. A veces la mamá necesita tiempo para acostumbrarse al bebé.
Tanto él como tu estáis aprendiendo a conoceros.
En relación a tu estado físico debes tener en cuenta, que tu recuperación es distinta de la de cualquier otra mujer. Tú eres tú y tus circunstancias. No te agobies, escucha a tu cuerpo y no sobrepases tus límites.
En las primeras horas puedes notar muchísimo cansancio, temblores, las piernas dormidas, molestias en las cicatrices, sopor, etc. El personal sanitario controlará tu recuperación, vigilando especialmente la temperatura, la tensión, los sangrados, la involución del útero, la micción, la recuperación de la epidural y la evolución de la lactancia. Lo habitual en el postparto inmediato es que se te mantenga el catéter de la epidural y el catéter intravenoso para administrar los sueros y la medicación. Estos se te mantendrán en las primeras horas hasta que las enfermeras lo consideren necesario. Pero en ocasiones, tras el parto, el catéter de la epidural se retira en el propio paritorio.
Ya en la planta del hospital, te indicarán cuando puedes empezar a comer y a beber, suele ser a las dos horas de haber dado a luz, y de manera paulatina. En cuanto se te pase el efecto de la anestesia y puedas caminar hasta el servicio, intenta orinar. Con la vejiga vacía, a tu útero le será más fácil volver a su sitio.
Debes procurar levantarte de la cama lo antes posible y, en cuanto te sientas capaz, puedes ducharte y pasear por la habitación. Pero, ten en cuenta que la episiotomía, muchas veces resulta dolorosa e incapacitante. Procura no estar muchas horas de pie para evitar que la zona se edematice, mantén la zona limpia y seca. Para ello lávate con agua y jabón cada vez que vayas al servicio y sécate dándote “toquecitos” con la toalla.
Cambia a menudo de compresa
Si es muy dolorosa puedes aplicar hielo envuelto en una toalla y tomar los analgésicos que tu ginecólogo te indique. Además procura de descansar a ratos en la cama con los pies elevados. Intenta apretar las nalgas y el periné antes de sentarte y trata de inclinarte hacia delante al orinar. Estas medidas ayudan a que duela menos.
Es posible que notes mayor tirantez a los tres o cuatros días de dar a luz, es señal de que está cicatrizando. Los puntos tardan un mes en caerse, y las molestias si todo va bien, ceden en una semana.
En el caso de la Cesárea
En el caso de la Cesárea, además del catéter epidural y los sueros, subirás a la habitación con una sonda vesical. A las 24 horas tras la cesárea te indicarán que empieces a beber líquidos y según como los vayas tolerando, se seguirá con una dieta progresiva.
Te ayudarán a levantarte de la cama y podrás ducharte y moverte por la habitación.
Ten en cuenta que una cesárea es una intervención quirúrgica y que la recuperación es mucho más lenta que en los partos. Todo lleva su tiempo, ten paciencia y no te fuerces. Tú misma notarás de lo que vas siendo capaz en cada momento. Procura tener las piernas en alto cuando estés sentada y evita cruzarlas.
También a las 24 horas, las enfermeras te retirarán la sonda vesical. En cuanto puedas caminar hasta el servicio, intenta orinar ya que con la vejiga vacía, a tu útero le será más fácil volver a su sitio. Si la cesárea ha sido realizada bajo anestesia general, todo este proceso será más lento, ya que el cuerpo debe eliminar más cantidad de anestesia.
Con respecto a la cicatriz, sólo es necesario lavar con agua y jabón en el momento de la ducha diaria. Es preciso secarla muy bien y durante la primera semana, aplicar yodo una vez al día. Se deben revisar los puntos a los siete días en la consulta de tu ginecólogo.
Si tienes un acceso de tos o ganas de respirar profundamente, pon una mano sobre la cicatriz y aprieta la zona uniformemente, de este modo la molestia será mucho menor. Otra opción es poner una toalla doblada sobre el abdomen y agarrar ambos extremos para que quede a modo de fajín y sujete la zona de la cicatriz. El resultado es mejor si alguien te ayuda en esta técnica. No dudes en pedir ayuda.
No cojas peso hasta pasado un mes de la cesárea. La herida aun no ha cicatrizado por dentro. Si tienes que coger algo del suelo, flexiona las rodillas. No dobles la cintura y apóyate con una mano en algún sitio para no perder el equilibrio.
miércoles, 30 de enero de 2008
Los primeros cuidados durante el postparto
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