lunes, 14 de enero de 2008

Dónde invertir en renta fija

En los últimos años, ser gestor de renta fija no ha sido uno de los trabajos más agradables del sector financiero. No estoy hablando de aquellos gestores de hedge funds que, afortunados ellos, hayan sido capaces de generar rentabilidades positivas para sus inversores a pesar de lo que ha pasado en los mercados de renta fija. Me refiero más bien a los gestores de fondos tradicionales, que han tenido bastante pocas herramientas para intentar batir a un mercado que ha sido, y me temo que va a seguir siendo, muy complicado.

Por ejemplo, el Euribor a 12 meses que estaba en el 2,014% en junio de 2003, se ha más que duplicado hasta el 4,725% en septiembre de este año. En este escenario de subida de los tipos de interés, los fondos de renta fija tradicionales, que no pueden utilizar los “amplios poderes” que tienen las modernas UCIT III (Instituciones de Inversión Colectivas que pueden invertir en derivados de crédito, dotando así a los gestores de una amplia flexibilidad), tienen pocas herramientas para intentar aprovechar esta circunstancia.

Por ejemplo, hoy en día estamos viendo que en Europa la curva de tipos está plana (no hay casi diferencia entre los tipos a corto plazo y los de largo plazo, como pasaba en la curva alemana de tipos a julio de 2007). Además, estamos viendo que los bancos centrales, principalmente la Reserva Federal Americana, está bajando los tipos de interés y que probablemente el Banco Central Europeo puede continuar con esta política si la economía se deteriora.

En un fondo de renta fija tradicional, en estas circunstancias parecería lógico comprar, por ejemplo, un bono a corto plazo, por como el bono alemán a 2 años, esperando que la caída de tipos haga subir su precio y la rentabilidad del fondo se beneficie de ello. No habría muchas más posibilidades para intentar obtener rentabilidades positivas.

Sin embargo, las nuevas UCIT III pueden añadir una herramienta más a esta estrategia, permitiendo, por ejemplo, comprar el bono alemán a 2 años pero además vendiendo futuros del bono alemán de 10 años. En este caso, el gestor esperaría que el diferencial entre uno y otro bono sea favorable al de 2 años para así maximizar su ganancia.

Además, estas nuevas Instituciones de Inversión Colectiva pueden utilizar los derivados de crédito para comprar protección en los bonos corporativos. Por ejemplo, si el diferencial del bono corporativo de una empresa parece muy bajo, el gestor puede comprar un CDS (Corporate Default Swap) que le permita ganar dinero si ese diferencial se amplia (es decir, cuando se deteriora la situación económica de la empresa).

En resumen, algunos de los gestores tradicionales de renta fija han pasado por momentos muy difíciles, pero la nueva regulación les puede permitir aprovechar las tendencias que parezcan claras en este mercado. Actualmente, los activos que aparecen más atractivos son el corto plazo y los bonos corporativos de alta calidad. Y no parece que los high yield tengan un perfil de riesgo atractivo a día de hoy, con lo que habría que evitarlos.

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