jueves, 3 de enero de 2008

La menopausia… le llega a todas

Es una parte natural del proceso de envejecimiento en la que se producen menos estrógenos y progesterona

Calores o “bochornos”, insomnio, cambios de humor, resequedad vaginal… algunos de los síntomas de la menopausia. Sin embargo, cada mujer es única, por lo que los cambios de esta etapa son diferentes en cada caso.

La palabra deriva del griego mens, que quiere decir mensualmente, y pausis, que significa cese. La menopausia es el término médico que designa la fecha de la última menstruación en la vida de una mujer.

Durante esta etapa el organismo de la mujer comienza a producir una menor cantidad de las hormonas estrógeno y progesterona. Este cambio suele suceder entre los 45 y 55 años de edad.

Síntomas

Como se dijo al principio, éstos dependen de cada mujer. Sin embargo, estas son algunas de las señales que anteceden a la menopausia:


Alteraciones en el ritmo del ciclo menstrual (menstruaciones muy próximas o separadas) o cambios en la cantidad de menstruación (por exceso o por defecto)

Sangrado anormal o “manchas”

Aumento de peso

Pérdida de grosor en los huesos – esto puede causar pérdida de estatura y quiebre de huesos (osteoporosis)

Sofocos o bochornos de calor bruscos

Insomnio

Sudor por las noches

Resequedad vaginal; puede sentir dolor durante el coito y exámenes vaginales

Dolores articulares

Fatiga

Pequeñas pérdidas de memoria

Molestias intestinales

Sequedad en los ojos

Picor en la piel

Cambios de humor

Facilidad para sufrir infecciones urinarias

Cambios en el estado de ánimo

Problemas urinarios –pérdidas, ardor o dolor al orinar, o pérdidas al estornudar, toser o reírse

Problemas de concentración o memoria. Menos interés en el sexo y cambios en la reacción sexual

Pérdida de densidad en el cabello o caída del mismo

Tratamientos

Antes que nada, debe consultar con su médico. Él sabrá lo que le conviene, basado en su historial médico, y podrá resolverle dudas.

En algunas mujeres los síntomas de la menopausia desaparecerán con el tiempo, sin necesidad de someterse a algún tratamiento. Otras, sin embargo, optaran por éste para aliviar los malestares y prevenir el deterioro de los huesos, que puede suceder en esta etapa.

Los medicamentos usualmente contienen cierto tipo de hormonas que los ovarios dejan de producir. La terapia hormonal puede contener sólo estrógeno o estrógeno con progesterona (para mujeres que todavía poseen su útero o matriz).

La terapia con estrógeno suele recibirse por medio de una pastilla, un parche para la piel, en forma de crema o gel, o con un dispositivo intrauterino (IUD, por sus siglas en inglés) o anillo vaginal. Cómo se toma el estrógeno depende de su propósito. Por ejemplo, un anillo vaginal o una crema pueden aliviar la sequedad vaginal, la pérdida de orina, o las infecciones vaginales o urinarias, pero no alivian los golpes de calor.

Contraindicaciones

En algunos casos, la terapia hormonal puede aumentar las posibilidades de la paciente de padecer de coágulos sanguíneos, ataques cardíacos, derrames cerebrales, enfermedades de la vesícula biliar y cáncer de seno y endometrio. Pero, de nuevo, su médico le puede orientar mejor acerca de qué tratamiento se adecua a su caso.

Recuerde apoyarse en su familia y amigos. Si tuviera más dudas, consulte –además de su ginecólogo- libros, Internet o grupos de apoyo. La menopausia es una etapa de cambios, lo cual no significa que la vida se acaba… al contrario, es cuando la mujer puede emprender nuevos proyectos con muchos puntos a su favor: experiencia y madurez.

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